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Clase o Grupo: Fosfatos
(Fosfato hidratado de aluminio y de cobre). |
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Composición: (CuAl 6 (PO 4 ) 4 (OH) 8 4H 2 O
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Dureza: Entre 5 y 6
en la escala de Mohs. |
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Color: De azul claro, a verde manzana. |
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Transparencia: Opaca, aunque puede ser semitraslúcida en pequeñas secciones. |
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Principales Yacimientos: Irán, Afganistan, el Sinaí, Egipto, Estados Unidos, México, Canadá, China, Perú, Polonia, Rusia, Tibet. |
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Signo Zodiacal: Acuario. |
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Cualidades: Protección, alegría, bienestar, purificación. |
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Chakras: Tercero (Plexo solar); Cuarto (Corazón); Quinto (Garganta); Sexto (Entre cejo). |
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La Turquesa ha sido muy apreciada como piedra preciosa y ornamental durante miles de años, debido a su color inigualable. Se trata de un fosfato de cobre y aluminio, con un hermoso color azul; que varía del azul claro, al verde manzana. Las Turquesas están mezcladas con un material amorfo blanco; cuanto mayor es la cantidad de este material, más pálidas y porosas son. La Turquesa se encuentra entre las gemas más antiguas en ser extraídas (En Egipto desde el 3000 a. de C.). La mayoría de las extracciones en la actualidad siguen siendo a mano, con escasa o ninguna mecanización. Su brillo es ceroso a casi vidrioso, y generalmente es opaco, aunque puede ser semi-translúcida. El color es tan variable como el resto de sus propiedades, abarcando desde el blanco hasta el azul oscuro y el azul cielo, y desde el azul-verdoso hasta el verde-amarillento. En Irán y en el Sinaí se encuentran los yacimientos mas importantes de turquesas y con mejores colores para joyería. Sus variedades van desde la Turquesa Persa (la más valorada); de color azul muy intenso, y que se extrae en tierras de Irán y Afganistán. Hasta la Turquesa Americana, de color azul verdoso y propia de las tierras de Estados Unidos, México y Canadá. Pasando por las no menos bella Turquesa Egipcia, más verdosa y translúcida; que se encuentra en las tierras del Sinaí. Y
las turquesas que se extraen en el Tibet oriental, occidental, y en los alrededores de Lhasa. La riqueza del color es el factor determinante del valor de una turquesa: en general, el color más deseable es el azul oscuro, sin embargo, en el Tíbet son mas valoradas en color azul más verdoso. Se cree que la palabra Turquesa, proviene de la relación que tiene con Turquía como país donde se comercializaba desde la antigüedad; aunque en Turquía no se encuentran Turquesas. Probablemente fue de las primeras en ser introducida en Europa a través de Turquía, junto con otros productos provenientes de la ruta de la seda. La turquesa no se convirtió en una piedra ornamental importante hasta el siglo XIV.
Las piedras fueron exportadas a Alemania, donde se las conocía como Steins Turkisher, que se traduce como "piedras de turco". Cuando las piedras llegaron a Francia, el nombre alemán se traduce en turquesa Pierre - piedra de Turquía.
Es una piedra especialmente problemática cuando se trata de verificar su autenticidad.
Las llamadas “turquenitas” son imitaciones muy variadas de la Turquesa. mucho más asequibles económicamente y muy empleadas en bisutería. Pueden estar hechas de trocitos de turquesa prensados, entonces las llaman “reconstruidas” o de howlita (piedra talco) teñida. La Turquesa es frágil y sensible a los solventes como los perfumes, lacas para el cabello y cosméticos. Siendo afectado también su color por el sudor de las personas que lo llevan. Cuando esto sucede, su precioso color cambia a verde, como también lo hace si se pone demasiado caliente. Las tribus de América
tenían gran reverencia por esta piedra del color del cielo. Esto se refleja en la artesanía y la belleza de su arte. Han sido recuperadas innumerables muestras de ello, en las tumbas antiguas, incluidas las máscaras de la muerte, con incrustaciones de mosaico de turquesa.
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Serpiente Azteca
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Según el misionero Bernardino de Sahagún (Historia de Nueva España, 1830). A nadie le fue permitido usar o poseer la piedra azul: se reserva exclusivamente como una ofrenda a los dioses y para la decoración de sus imágenes. Los indios pueblo del suroeste de América, veneran esta piedra, que es usada como una ofrenda religiosa; por ello debe ser extraída y manejada con respeto. Para los Apache, no había curandero que pudiera obtener el honor, el respeto y la veneración que su cargo exigía, sin la posesión de una Turquesa.
La Turquesa es uno de los amuletos más viejos de la historia de los nativos americanos. Daba protección y fuerza. También era conocida como símbolo de abundancia y de sensibilidad psíquica en muchas culturas antiguas.
Las tonalidades de la turquesa han sido apreciadas en muchas culturas importantes de la antigüedad, como el Antiguo Egipto, Mesopotamia, Valle del Indo, Persas, China y todas las culturas precolombinas.
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En Oriente, se consideraba un talismán para protegerse del mal de ojo; y los árabes la llaman Fayruz o piedra de la suerte. Incluso hoy, los ciudadanos de muchos países de Oriente Medio adornan las crines y colas de los animales de carga, como camellos, caballos, mulas y bueyes, con cuentas de turquesa; para proteger, traer buena suerte y prevenir de caídas al propietario.
Para los persas, la intensidad de la piedra azul-cielo predecía el tipo de clima que se espera ese día. Un color azul brillante visto en la mañana, era presagio de un día esplendoroso y feliz.
La turquesa es el símbolo de la amistad. Si fuera dada una turquesa por un amigo, esa piedra protegería al portador contra energías negativas, y traería buena fortuna. También traía paz al hogar. Se cree que cambia de color, para avisar de una infidelidad. Es una piedra muy personal; pues adquiere las características del dueño. Se considera una de las piedras más viejas y sabias. Y soñar con una Turquesa es presagio de prosperidad.
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Muchos médicos del siglo XV llevaban a una turquesa en sus bolsas de médicos, asegurando su eficacia contra los efectos nocivos del veneno de alacranes y otros animales ponzoñosos. También se consideraba eficaz para desterrar los dolores provocados por la posesión por demonios.
A nivel físico: Expulsa del cuerpo las toxinas nocivas. Purifica la sangre, por lo que está indicada para el tratamiento de trastornos circulatorios. Es recomendable para los que sufren de dolores de cabeza, migrañas, cefaleas; así como dolores musculares. Estimula la pituitaria de un modo beneficioso, y aumenta la capacidad de memoria. Mejora la absorción de elementos nutritivos, por lo que es útil para personas con anorexia. Se utiliza en problemas oculares, garganta y de las membranas mucosas.
La turquesa fortalece los meridianos corporales y los campos energéticos sutiles. Potencia los sistemas físico e inmunitario, y regenera los tejidos. Alivia las infecciones virales y su energía sanadora actúa sobre la totalidad del cuerpo, especialmente en la garganta y los ojos. Reduce el exceso de acidez y trata la gota, el reuma y los problemas estomacales. Esta piedra es anti inflamatoria y desintoxicante, aliviando los calambres y el dolor.
Es una piedra excelente para tratar estados de agotamiento, depresión o ataques de pánico. Es conocida como la piedra de la alegría y el bienestar. La Turquesa es una piedra de purificación. Disipa las energías negativas y limpia las radiaciones electromagnéticas; una de sus funciones protectoras es defender de influencias externas o de polucionantes medio ambientales.
Guarda correspondencia con el chakra de la garganta. Actúa sobre la comunicación y la facilidad de palabra. Aumenta la capacidad creadora de la mente. Como piedra protectora que es, ha sido usada como amuleto desde tiempos inmemoriales; y es un reconocido amuleto para viajeros. Absorbe la energía negativa. Flexibiliza las actitudes y los patrones de pensamiento demasiado dogmáticos o fanáticos. Ayuda a ver el aspecto lúdico de la existencia y a contemplar la vida con más sentido del humor.
Quien posea una turquesa jamás tendrá necesidades ni apremios económicos.
Esta piedra es empatica y equilibradora. Promueve la auto realización, ayuda a resolver problemas creativamente, y calma los nervios cuando uno tiene que hablar en público. Psicologicamente la Turquesa es una piedra que fortalece. Disuelve la actitud de mártir o el auto sabotaje. Mentalmente, la Turquesa infunde calma interna al tiempo que mantiene la alerta y ayuda a la expresión creativa. Emocionalmente, la Turquesa estabiliza las alteraciones del estado de animo y aporta calma interna.
Cuenta una tradición que la turquesa, para que ejerza su poder benéfico, tiene que ser regalada. Según la leyenda, cuando se cumple este requisito, avisa a su propietario de todos los peligros y enfermedades graves cambiando de color.
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Equilibra y alinea todos los chakras con los cuerpos sutiles, y sintoniza el nivel físico con el espiritual. Abre los
chakras
de la garganta, del corazón, del entrecejo y del plexo solar. Puesta sobre el tercer ojo, potencia la intuición y la meditación. Sobre el chacra garganta, libera antiguos votos, inhibiciones y prohibiciones, permitiendo que el alma vuelva a expresarse. Explora las vidas pasadas y muestra que la creación de tu propio "destino" es un proceso continuo y depende de lo que hagas a cada momento. Fomenta la sintonía espiritual y la comunicación con los mundos físico y espiritual. Según el pensamiento tradicional, la turquesa une la tierra y el cielo, unificando las energías masculina y femenina. Es el símbolo de San Jorge, considerado como el caballero celeste.
La Turquesa se puede situar en cualquier lugar, pero especialmente sobre la garganta, el tercer ojo y el plexo solar. Con ella se hace un excelente elixir.
Hay que comentar que la turquesa Tibetana, tiene propiedades adicionales. Pues sus tonalidades verdes le confieren unas características ligeramente diferentes, como su particular utilidad para curar bloqueos del chacra de la garganta y la expresión reprimida. Remontando tu capacidad sanadora y limpiadora hasta las mas profundas y ancestrales raíces del problema; llegando a la fuente del mismo.
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