Los antiguos creían que la planta entera, llevada encima, preservaba de los maleficios. Brujos y brujas también la utilizaron para atraer el amor de la persona deseada. Roland, en su "Flore Populaire" da algunos consejos para utilizar esta planta como imán para el amor. Este ritual se practicó principalmente en las Galias: "El día de San Juan, antes de amanecer, coged la simiente del Llantén, la pulverizareis y la introduciréis en el cañón de una pluma de ganso con un par de gotas de agua bendita. Luego, lo taparéis todo con cera virgen de un cirio también bendito. El que traiga sobre si estas semillas, será amado de todas....".
El Llantén ahuyenta el mal de ojo. Magnetiza a las mujeres, para caer rendidas de amor ante el hombre que las pretende sin ningún éxito. De la misma manera que existieron filtros de amor, también existieron amuletos como el descrito anteriormente, para propiciar el amor.