En Aragón existia la creencia que las tormentas podian conjurarse quemando ramitas de espliego cortado en la noche de San Juan. Con estos rituales se purificaban las casas paralibrarlas de los malos espiritus, ademas de aromatizar el ambiente y desinfectar los hogares de posibles enfermedades infecciosas.
Las plantas se utilizaban como desinfectante natural y accesible de los hogares.
Las flores del Espliego se usaban en el agua de baño de la Roma antigua. La sabiduría popular conocía las propiedades del mundo vegetal que les rodeaba y en este caso, sabían que el espliego limpia física y energéticamente.
Constantino Cabal, en su libro "Del Folclore de Asturias", dice que el espliego es la esencia que desprenden por el aire las xanas, o espiritus femeninos de la naturaleza, durante sus bailes en la Noche de San Juan. |